jueves, 28 de marzo de 2019

Boletín desinformativo de la mañana, año VII, número 1358


Tuit del día: “¿Albert?, ¿quién es Albert?, yo me llamo Alberto Carlos.” –El del Teto–

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Amanece que no es poco:
“Camaleones. Sus imitadores gobiernan. Tal vez votándoles a ellos saldríamos ganando.”
El III Barón d'Holbach (Textos apócrifos)

Bellas tradiciones españolas: Las competiciones de a ver quién la tiene más larga, la labia para ofrecer ministerios digo.
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Alberto Carlos Rivera Díaz, cabeza de listas de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno de España…, que con ese nombre podría optar a la de Colombia, México, Venezuela…, cualquier país que exporte culebrones, básicamente.

Está feo hacer bromas con los nombres de la gente. Pero es que ese nombre, que todos creíamos catalán y resulta que está a medio camino entre lugarteniente de Emiliano Zapata (que no da el perfil precisamente…) y galán de culebrón…, en fin, por una vez y sin que sirva de precedente.

Además, que tampoco tengo yo fuerza moral para la coña, no en vano aquí suele tener bastante buena prensa el partido que dirige un tipo que se llama Pablo Manuel.

Y mejor no les digo cómo me llamo yo en realidad, porque eso sí de da para horas de recochineo.

Que lo mismo es parte del camino hacia el centro español de bien…, no en vano, hace muchos años, hubo un tiempo en que Alejo Vidal Quadras se hacía llamar Aleix, hasta que se fue volviendo más de centro, más de centro, más de centro…, no, nada, como ahora todo es centro…

Dice don José María Aznar, que a él nadie le habla de derecha cobarde porque no le aguantan la mirada. Bueno…, yo a él no le hablaría de derecha cobarde…, en todo caso le hablaría de derecha insolidaria…, irresponsable…, antisocial…, belicosa…, corrupta…, pero cobarde, no.

Luego puse la radio y oí que entre Fernández Díaz, Villarejo y otro prenda más de Interior, podrían haber estado inventando historias para desacreditar al tío de la coleta…, momento en el cual, no me quedó otra que añadir a la lista de cualidades de la derecha, la de cobarde…, además de traicionera…, desvergonzada…, inmoral…, embustera…

Pero claro, qué le importará eso a una vieja gloria “popular” que dedica sus ocios a sostener duelos de miraditas…

Y no sólo eso, en breve podría aparecer también la implicación ¡quién lo iba a imaginar!, de Eduardo Inda en el mismo caso…, ya verás tú como al final las culpas son todas para el ángel Marcelo…

Parece ser que grandes empresas españolas, Sacyr, Indra, ACS, OHL, Elecnor, y así hasta quince, además de Alstom y Siemens podrían haber estado repartiéndose fraudulentamente cientos de adjudicaciones ferroviarias de ADIF. Luego, vienen los liberales y te dicen que el mercado se regula solo, cuando lo que pasa en realidad es que los del mercado se lo montan muy bien solos.

Indra, ya saben, la empresa que se encarga de la tecnología de nuestros procesos electorales, esa misma Indra. Que yo no digo nada, pero…, da que pensar.

Se diría que ayer fuese el Día Nacional del Macho Alfa. Aznar cruzando miraditas altivas con Abascal. Casado ofreciendo ministerios a Rivera. Rivera ofreciendo ministerios de coña a Casado…

Sí, porque ofrecer el Ministerio de Asuntos Exteriores a tu rival político más directo equivale a decirle que le vas a ganar…, y que Rivera se te descojone ofreciéndote el Ministerio de Universidades, es lo mismo pero al contrario y con una buena dosis de sarcasmo

Por cierto, qué escandalera armaron cuando Pablo Iglesias se postuló para vicepresidente los mismos que ahora andan ofreciéndose ministerios mutuamente.

Porque…, el caso es que armaron una escandalera considerable…

Vamos digo yo, que en el madrileño Barrio de la Concepción un grupo de vecinos ha retirado las cintas amarillas que lucían los pinos del parque. No toleran signos catalanistas y proceden en consecuencia. Luego ha resultado que eran cintas tóxicas dispuestas por técnicos municipales para combatir una plaga de orugas procesionarias. Ese es el nivel al que han llevado el debate político los centrífugos y los centrípetos. Eso es lo que han inducido a la parte más visceral de la ciudadanía, a hacer chorradas creyendo que hacen política. Eso es algo que haríamos bien en tener presente a la hora de votar a unos y a otros.

Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a partir de Radio Nacional de España, Cadena SER, Público, El Diario y el Huffington Post.

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