Boletín desinformativo de la mañana, año VIII, número
1722
¿Que no puedo superar lo de Rufián con la
impresora...?, sujétame el cubata.
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Amanece que no es poco:
"Y cien gaviotas dónde irán. O eran cien madrileños.
O eran cien charranes."
El III Barón d'Holbach (Textos apócrifos)
Bellas tradiciones españolas: atacar a la salud y
llamarlo libertad.
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No, nada, un senador del PP preparando su argumentario
por la comparecencia de Pablo Iglesias para hablar de políticas integrales de
discapacidad.
Y tras pasarse cuatro décadas acusando a vascos y
catalanes de practicar un nacionalismo de aldea de Astérix, van los del PP y convierten
el senado en la aldea de Astérix.
Se echa de menos a Obélix con un menhir rojigualda...
El Partido Popular, tras conseguir desactivar las
medidas del Gobierno para que los madrileños no salgan de puente, pide que los
madrileños no salgan de puente y se extraña de que los madrileños salgan de
puente.
Otro gran éxito sanitario de los Casado's Boys.
Justo es reconocer que existe cierto desagrado ante la
llegada de domingueros desde Madrid..., pero para mí que no es porque sean de
Madrid, sino porque vienen cuando mejor sería que no viniesen.
Pero como en el Partido Popular la libertad es el
derecho a mostrarse irresponsable en situaciones de crisis sanitaria..., bueno,
eso y bajarse al bar a mostrar preocupación por el número de contagios...
A ver, organización, a las diez quedamos todos para
ensayar las caras de sorpresa y el "¡Pero quién lo iba a imaginar!",
para la subida de la curva de la semana que viene, que tenemos que
conjuntarnos.
Ese Pedro Sánchez en Argelia poniendo cara de
"como vaya yo con la zapatilla"...
El Gobierno no descarta decretar el Estado de Alarma
en la Comunidad de Madrid para que el Partido Popular pueda acusarle de
decretar el Estado de Alarma en la Comunidad de Madrid.
Se ve que todos los hosteleros de Madrid votan PP,
porque otra explicación ya no se me ocurre.
Efecto mariposa: el aleteo de un recurso del PP ante
el Tribunal Superior de Justicia de Madrid puede ocasionar que miles y miles de
madrileños se vayan de puente en mitad de una pandemia.
Eso sí, que conste que se van porque quieren, que en
el PP ya les han pedido pofavó que no se vayan..., pero que les manden una
postal cuando lleguen.
El resultado de todo esto es en palabras del tuitero
Panik, que los de Parla sólo pueden ir a Madrid a trabajar pero que los del
barrio de Salamanca pueden ir a donde les venga en gana a pasar el puente.
Muy razonable todo.
Por el derecho fundamental a la libertad de pandemia, ¡vota
PP!
En España las pandemias se gestionan así: se pone al
frente a un científico, se le tiran a la cabeza toda clase de estrategias
políticas y se espera a ver qué pasa.
Pero que esto no es sólo en Madrid, en Zaragoza, el
obispo, con motivo de las restricciones para evitar aglomeraciones tras la
suspensión de las fiestas del Pilar, insiste en que se aumente el aforo de las
misas. Y es que cada uno va por ahí con el ascua para la sardina..., y la
sardina somos nosotros.
Una "popular" Ana Pastor que no parecía la
"popular" Ana Pastor, reclama la dimisión del ministro Illa, con unas
actitudes que evidencian que en el partido de Casado el sentido común ha sido
proscrito hasta nuevo aviso.
Durante el puente del Pilar no hay Boletín Desinformativo
de la Mañana. Próximo número el martes trece de octubre de 2020. Y ya lo saben,
en trece y martes, ni te cases, ni te embarques, ni te contagies.
Vamos, digo yo que andamos en plan vuelta la burra al
trigo. En una situación como esta, hay que elegir entre priorizar la salud o la
economía. El Gobierno parece estar por la salud y el PP tiene muy claras sus
preferencias: satisfacer a los sectores de la sociedad en los que habitualmente
logra respaldo electoral. Y la cosa queda, por tanto, un tanto desdibujada,
porque en la mencionada disyuntiva de salud y economía los populares optan por
la economía y lo que les pueda dar votos. Un partido político, al menos en
España, vive una constante campaña electoral y busca apoyos en todo momento y
ocasión. No pueden, por tanto sorprender ciertas actitudes. Lo que no deja de
chirriar es el comportamiento de una parte de la sociedad, que actúa como si no
estuviese pasando nada y vota como si el Gobierno esparciera los virus. Los
planteamientos de la derecha, de echar abajo el mayor número posible de medidas
sanitarias y sustituirlas por ruegos y recomendaciones que no han de ser
atendidas por sus destinatarios, revelan un designio mediático y electoral, al
tiempo que colocan al Gobierno en el disparadero de adoptar medidas que los
populares tratarán de volver en su contra. El peligro es el virus y su
facilidad para el contagio, el peligro es el comportamiento irresponsable y el
peligro es, por último, la estrategia conservadora de arrancar votos como sea y
a costa de lo que sea.
Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a
partir de Radio Nacional de España, Cadena SER, Público y el Huffington Post.
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