viernes, 27 de marzo de 2020

Boletín desinformativo de la mañana, año VIII, número 1591

 


Contra la pandemia, banderas a media asta. -Pablo Casado, máster en no sé qué de algo-

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Amanece que no es poco:
"Se desata una catástrofe mundial. El héroe americano que debe salvarnos a todos, no aparece. Sólo nos salva en el cine. ¡Ay si Supermán hubiese caído en Arrancacepas!"
El III Barón d'Holbach (Textos escogidos)

Bellas tradiciones españolas: El sano intervencionismo estatal para que los ricos lo sigan siendo.
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Su Majestad el Rey acude a un hospital provisional levantado por Ejército, a agradecer a los esfuerzos del personal de la Sanidad Pública.

Le van los uniformes más que a los niños las tizas.

Que no quiero restar mérito al esfuerzo de militares o policías, que lo tienen y mucho, es sólo que los Borbones resultan un tanto selectivos, y yo ya me entiendo.

Donald Trump por fin reacciona ante el coronavirus: acusa a Maduro de narcotráfico. No, nada, cada loco con su tema y tal y cual...

Al parecer al COVID19 se le puede combatir bien tomando paracetamol, bien gritando ¡Venezuelaaa...!

Prueben, prueben cada uno según su preferencia.

La Unión Europea no se pone de acuerdo para la emisión de los "conorabonos"..., pues entonces, de cosas cinco veces más sencillas como centralizar momentáneamente la adquisición de materiales contra el COVID19 y repartirlos a los Estados miembros, ya ni hablamos, ¿verdad...?

El Estado adquiere a un distribuidor español test de coronavirus con sello europeo fabricados en China, se descubre antes de aplicarlos a posibles pacientes que son defectuosos y se devuelven al proveedor para que los sustituya por otros que funcionen bien. Pues según la oposición, es una vergüenza. Redoble, baquetazo al platillo, risas enlatadas.

Que en China hay empresas de todo tipo en lo que a fiabilidad respecta, es público y notorio..., básicamente las han puesto ahí los grandes inversores de Europa y América..., claro que también es público y notorio que en España hay importadores y distribuidores de todo tipo..., básicamente los ha puesto ahí nuestra peculiar manera de entender la actividad empresarial...

Gran escándalo por la especulación sobre las mascarillas y pruebas del coronavirus en el único país del mundo que elevó la picaresca a la categoría de género literario.

Aviones que desaparecen antes de llegar a destino, cargamentos de mascarillas que se desvanecen sin dejar rastro, veintitrés millones de euros flotando en el éter, presidentas autonómicas que no saben dónde está lo que decían tener bien amarrado..., esta noche, en IV Milenio.

Un avión con material sanitario procedente de China, contratado por la Generalitat Valenciana, se niega a desaparecer como sus homólogos madrileños y aterriza con normalidad, en el lugar adecuado, a la hora prevista y descarga la mercancía. Qué vergüenza.

Recibo un mensaje denunciando que no critico a PODEMOS. Vale. Es cierto. Desde que comenzó la crisis no digo nada de PODEMOS. Y el caso es que yo diría cosas sobre PODEMOS..., si supiera dónde puñetas se ha metido PODEMOS...

Arrecian las críticas contra la falta de recursos del sector público por los que consideran que lo mejor que se puede hacer es contribuir lo menos posible al sostenimiento del sector público. Y a esto, queridos niños, es a lo que coloquialmente se denomina "hidrocele", que es cuando se te ponen los huevos como sandías.

Liberal en lo económico, intervencionista en cuanto peligran los beneficios.

A ver, es que si digo liberal en lo económico y comunisssssta en lo pandémico, joer, parezco Mauricio Colmenero...

Hay que habilitar espacios públicos para que la gente sin techo pueda guarecerse en la medida de lo posible, porque exigir a la banca y los fondos buitres que cedan temporalmente algunos de los miles de pisos vacíos que poseen sería estalinista.

La Sanidad Privada prevé un expediente de regulación temporal del empleo que podría afectar a veintiocho mil trabajadores, evidenciando su afán de primar el servicio sobre el negocio y lo positivo que sería dejar todo el sistema sanitario en sus benéficas y desinteresadas manos.

Tuit del día: "Recordad que los más vulnerables al coronavirus son las personas mayores con patologías previas y los liberales." -Ache-

Pues si, de repente, el Estado tiene la obligación apremiante e ineludible de intervenir a lo grande en la economía, a lo mejor es que el mercado liberal no es tan eficiente como dicen que es. Pero, vamos, dicho sea como idea loca surgida de mi desnortado progresismo y eso...

A ver si se arregla de una puñetera vez todo esto del coronavirus y podemos seguir exigiendo la conversión de los servicios públicos en negocios privados.

Eso sí, cuando se termine la pandemia, que no se nos olvide decir que la culpa de que la sanidad pública y los servicios sociales estuvieran medio desarbolados desde años atrás, la tuvo PODEMOS.

El fin de semana no hay Boletín Desinformativo de la Mañana. Próximo número el lunes 30 de marzo de 2020.

Cuídense, procuren quedarse en casa, sigan las instrucciones de las autoridades sanitarias, no se emparanoien con las estanterías del Mercadona y, sobre todo, piénsenselo dos veces antes de volver a votar a los que recortan en Sanidad Pública y Servicios Sociales.

Vamos, digo yo que en situaciones como la que estamos viviendo es cuando mejor ve la falacia de la autorregulación de los mercados. El mercado, al menos según los liberales, es una compleja maquinaria capaz de adaptarse por sí misma a cualquier situación con beneficio para toda la sociedad; él sólo puede ajustar la oferta y la demanda, implantar las directrices de la economía o el momento para abrir camino a determinados sectores al tiempo que resta peso a otros;  establecer el nivel salarial de cada profesión por su relevancia para el buen funcionamiento de la sociedad y así con todo lo que a ustedes se les ocurra. El Estado debe limitarse a que no haya baches en las carreteras y que el ejército esté en condiciones de defender los intereses generales..., de los grandes empresarios, que son los que obran todos los prodigios antes mencionados. Luego llega la realidad: las cajeras del supermercado, que a fecha de hoy tienen una gran relevancia para el buen funcionamiento de la sociedad, siguen cobrando la misma miseria de siempre y así seguirán. Porque ahora mismo, por poner un ejemplo en plan socorrido, los ingenieros aeronáuticos a lo mejor no hacen tanta falta como los mozos de almacén. Aplausos de los pobres, sí, sueldos en consonancia con la utilidad social, eso ya... Son cosas que pasan. Y pasan sin que la mano invisible de los mercados obre el milagro salarial que, al menos sobre el papel, debería obrar al menos mientras dure el problema. La práctica es muy otra que la teoría. El mercado, repentinamente ya no reclama menos impuestos y más libertad de despido..., bueno..., a ver..., eso lo reclama los trescientos sesenta y cinco días del año, trescientos sesenta y seis si es bisiesto, lo que sucede es que lo pasa a un segundo plano: ahora quiere que el Esfuerzo Común se haga cargo de todo y garantice de alguna manera sus beneficios. Coronabonos, incentivos, rescates, aplazamientos..., ¡pero si hasta el señor De Guindos reclama una renta básica universal como si fuese un podemita-filoetarra-bolivariano-feminazi-antisistema-comunista-rompespañas! Este tipo de situaciones son las que retratan al mercado liberal como lo que realmente es: una maquinaria que sólo sabe de los beneficios de los de arriba y sólo piensa en los de abajo en términos de sostenimiento del negocio. Y a esto que les he presentado de una manera tan telegráfica y, justo es reconocerlo, reduccionista, es a lo que nos enseñan desde niños a denominar "el sistema" y a asumirlo como propio.

Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a partir de Radio Nacional de España, Cadena SER, Público y el Huffington Post. La viñeta de hoy se la hemos robado a Luis Cifer, Humor Gráfico.

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