Boletín Desinformativo de la Mañana, año X, número 2017

 

Qué fijación con llamar "Carapolla" al señor ese que parece el hermano gemelo perdido de Austin Powers...

 

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Amanece que no es poco:

"¿Los dioses eran de casarse por la Iglesia?"

El III Barón d'Holbach (Textos escogidos)

 

Bellas tradiciones españolas: "Quitarse la razón a sí mismo."

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Muy mal eso de llamar "Carapolla" a Martínez Almeida. En Boletín Desinformativo de la Mañana preferimos añadir a los desacuerdos un poquito de ingenio (mucho no, que no tenemos), en lugar de recurrir al menosprecio..., con esa cara de "vivo sumido en lo más profundo de los años setenta", se pueden hacer cosas mucho más humorísticas y mucho menos faltonas.

 

El siempre polémico concejal de Zaragoza En Común, señor Cubero, llama "Carapolla" a Martínez Almeida con absoluta gratuidad porque..., porque..., porque cuando no sabes cómo quitarte tú mismo la razón, no te queda más remedio que meter la pata con una insensatez como esa.

 

Duras críticas al concejal Cubero por llamar "Carapolla" a Martínez Almeida por parte de los que, ante la más mínima discrepancia, te llaman etarra-extremista-golpista-antiespañol.

 

Un insulto desde la izquierda provoca llamamientos a la elegancia y la cordura desde la derecha. El mundo al revés.

 

Pablo Iglesias dice que lo que los "populares" llaman comunismo, con colas y desabatecimiento, es justo lo que hay en la Sanidad Pública madrileña, pero sin comunismo. Y el pobre Margallo tragando quina por culpa de la gestión de su estimada compañera, la señora Ayuso.

 

La verdad es que no las sigo mucho, pero estas matrimoniadas Iglesias-Margallo tienen su aquel.

 

A ver, que tampoco hay que cargar las tintas contra Díaz Ayuso, que en Andalucía sin ir más lejos, pasa lo mismo y no está Díaz Ayuso. Ah..., bueno..., que está el mismo partido de Díaz Ayuso..., pues a ver si no va a ser casualidad...

 

Hay que reconocer que la Sanidad Pública en general la atención primaria en particular, está muy mal tratada a lo largo y ancho de España sin distinción de partidos..., pero es que en Madrid, los "populares" encima se muestran orgullosos de su estropicio.

 

Entre los cincuenta mil millones de regalo a la banca que no iban a costar nada y los treinta y cinco mil millones del banco malo que se tiene que comer la administración pública, se está quedando una mañana preciosa para seguir cantando los loores y alabanzas del liberalismo español.

 

Vale que procede "cantar" otras cosas, pero por aquello del horario infantil, vamos a quedarnos con los loores y alabanzas.

 

Dicen los diputados del Partido Popular que la mejor manera de gestionar los fondos públicos europeos, es que se encargue una empresa privada. Y tras este reconocimiento de incapacidad gestora, han seguido pidiendo el voto para su partido en Castilla y León.

 

Ah..., ya que la incapacidad gestora es sólo cuando gobiernan otros..., que cuando gobiernan ellos entregan lo público a lo privado por..., por..., incapacidad gestora. Joer..., pues estamos como al principio con el razonamiento conservador...

 

Más de dos tercios de la colosal deuda pública española, procede de gestores del Partido Popular, afirma el diario Público. Pues nada, les volvéis a votar a la primera de cambio para que os lo envuelvan bien en banderas.

 

Sigue con fuerza la polémica sobre el tenista multimillonario Novak Djokovic, mientras que a cualquier otro lo hubiesen echado sin que a nadie le importase un rábano, a él, como es rico y famoso, hay que buscarle la manera de vestirle la mona de seda.

 

Porque en torno a este señor, lo que hay es el intento de poner a la gente forrada y glamurosa como él por encima de los demás. Es esa complacencia servil con la gente importante, tan habitual entre nosotros.

 

¿Saben esas películas americanas en las que el chico más popular del instituto hace cualquier gilipollez y todos le ríen la gracia porque para eso es el chico más popular de instituto? Pues eso es lo que están haciendo los entusiastas del tenista Djokovic.

 

Y luego ya, por aquello de darle una vuelta de tuerca, el alcalde Martínez Almeida, maniobra a ver si puede traerlo a una competición organizada para que se forre algún inversor, que es lo que les mola en su partido.

 

Porque, tras la postura de Francia y Australia exigiendo que se cumplan las normas, el partido español de "que se cumplan las leyes por encima de cualquier consideración" intenta encontrar el resquicio para que el tenista Djokovic pueda venir a descojonarse de quienes realmente quieren que se cumplan las normas.

 

Vamos, digo yo que, como ya les he comentado, el concejal Cubero, de Zaragoza En Común, ha llamado "Carapolla" al "popular" Martínez Almeida. Y lo ha hecho sin motivo, suponiendo que pueda haber motivos para insultar, y sin que el insultado estuviese siquiera presente o mantuviera algún tipo de polémica o conversación. De inmediato se ha disculpado, qué menos. Aunque para aclarar la disculpa ha vuelto a llamarle "Carapolla", lo cual dejaba la matización un tanto floja. Eso no se puede hacer. No, por más que media España acostumbre a referirse así cuando se habla de Martínez Almeida. No, por más que se haga incluso en el partido del propio alcalde Martínez Almeida. No, porque la política es razón en lugar de arreón. Y no, porque hablando así, se imita lo que nunca debe ser imitado: el discurso despectivo de las derechas. Es importante que en política cada sector tenga su característica forma de actuar. Así, en la derecha en general y la ultraderecha en particular, lo corriente es despreciar de manera explícita a los rivales políticos; por su parte, en la izquierda, lo que procede es centrarse en promover iniciativas sociales que mejoren la vida de la gente, especialmente de los sectores más olvidados y vulnerables de la sociedad. Nada de insultos, que para eso ya tenemos auténticos profesionales entre los conservadores. Que los sinsentidos sobre "golpistas", "traidores", "etarras" y demás majaderías, sigan viniendo de donde siempre han venido: de la derecha. Y que de la izquierda y del señor Cubero, venga lo que tiene que venir: soluciones a las arbitrariedades, prejuicios y desigualdades que nacen de las gestiones conservadoras.

 

Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a partir de Radio Nacional de España, Cadena SER, Público, El Diario y El Huffington Post.