martes, 13 de julio de 2021

 Boletín desinformativo de una mañana de verano, año IX, número 1899

 


Casado denuncia que Sánchez pone ministros a dedo..., ¿como su máster?

 

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Amanece que no es poco: "Carmen ya no es ministra. En cien años, todos Calvo."

El III Barón d'Holbach (Textos escogidos)

 

Bellas tradiciones españolas: pasarse un pelín en lo de fomentar el comercio y la exportación.

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Pablo Casado acusa a Pedro Sánchez de nombrar a dedo a los ministros..., como manda la Constitución. Y eso..., que este hombre..., con eso de que se licenció sin pisar la facultad...

 

Sánchez nombra a dedo a los ministros. No como a Casado, que llegó a las listas del PP en combinación con el cupón de la ONCE, porque por currículum no acabo de verlo yo llegando muy lejos...

 

Entonces, ¿cómo nombraban los ministros y altos cargos Rajoy o Aznar?, porque recuerdo yo a uno de ellos haciéndose el interesante con un cuadernito azul que llevaba a todas partes donde apuntaba quién iba a ser ministro...

 

Relevo ayer en el Consejo de Ministros. Los entrantes prometieron el cargo y de los salientes hubo varios que juraron..., y yo ya me entiendo.

 

Varios ministros salientes exteriorizan su malestar por el cese, demostrando así su desapego personal por los cargos públicos y el mal ambiente interno que se respira en PODEMOS.

 

Ábalos renuncia a la secretaría de organización del PSOE. Lo dicho, una nueva espiral autodestructiva en PODEMOS.

 

La verdad es que, a poco que te fijes, te entra la duda de si ha sido una remodelación del Gobierno o una nueva edición de Supervivientes.

 

Quejas del PP porque no se ha cesado a nadie de PODEMOS. Pero si el primero que se marchó fue Pablo Iglesias..., estos "populares" nunca tienen bastante.

 

El juez imputa al tesorero y al gerente de PODEMOS en el caso de la niñera. Dicho de otro modo: salvo sorpresas, que todo puede ser, este globo no se va a desinflar en el juzgado sino más adelante en el Tribunal Superior de Justicia.

 

Mientras tanto, lo que avanza constantemente es el caso de Villarejo. Donde cada día surge una nueva revelación en materia de sinvergonzonerías del poder.

 

El Presidente de Andalucía, el "popular" Moreno Bonilla, posa sin mascarilla un día después de haber propuesto su obligatoriedad. Vamos, la ley del embudo pero en versión chusca.

 

Con una incidencia al alza, Moreno Bonilla posa junto a seis personas más, sin mascarilla ni distancias, en la celebración de una boda. Pero al virus no le han mandado invitación, pues nada, que la fiesta es segura y tal y cual.

 

Que no hay nada que criticar, a fin de cuentas una cosa es disfrutar sin mascarilla y otra exigir mascarilla para ver la forma de criticar al Gobierno, resulta incoherente, pero la política "popular" es lo que tiene.

 

Juan Carlos I podría haber amasado parte de su fortuna mediante la venta de armas a países árabes junto a Kashoggi y Colón de Carvajal. Ahí, ahí, potenciando el libre comercio...

 

Tuit del día: "Juan Carlos I el Emprendedor." -Tecnología del Botijo-

 

Pues, como sigan apareciendo noticias como esa, a PSOE, PP, Ciudadanos y Vox no les va a quedar más remedio que volver a impedir que se investigue a Juan Carlos I...

 

Juan Carlos I el Grande. Juan Carlos I el Campechano. Juan Carlos I el Cazador. Juan Carlos I el Suizo. Juan Carlos I el Viajero. Juan Carlos I el Inimputable. Juan Carlos I el Comercial..., y así se escribe la historia..., a su pesar.

 

Vamos, digo yo que vuelve la polémica sobre la objeción de conciencia en prestaciones de la Sanidad Pública como puede ser la interrupción del embarazo. Algunos profesionales de la medicina afirman que puede ser inconstitucional obligarles a llevar a cabo técnicas que choca con su conciencia. Bien, es un posicionamiento razonable. No obstante, un profesional de la Sanidad Pública es un ciudadano que voluntariamente se convierte en servidor público, no es precisamente un trabajo al que se llega por no tener otra opción en la vida. Especialmente los médicos. En el caso de la interrupción del embarazo puede darse una colisión de derechos, el del profesional a no realizar la interrupción y el derecho de la usuaria de los servicios públicos a que se ponga fin a su embarazo. Sea como fuere, la usuaria tiene derecho a ser atendida y debe serlo por encima de cualquier otra consideración. Eso no significa que pueda obligar ella personalmente a un médico, sino que ha de ser atendida por su servicio sanitario de referencia, donde tiene que existir un equipo de profesionales que, entre otras muchas prestaciones, realicen la interrupción. Si un médico no desea hacerlo, debe haber otro en el equipo y si nadie del equipo lo desea, es evidente que uno ha de asumir esa tarea, porque es a la ciudadana a la que se sirve en los servicios públicos y esa es la relación que debe prevalecer. En tal caso, se puede optar por diversas posibilidades, desde hacer venir a un médico de otro centro cercano a que sea el jefe de servicio quien asuma la responsabilidad como profesional especialmente obligado. No es una situación deseable, por supuesto, pero cuando se es servidor público, se sirve al pueblo. Buscando salidas aceptables para todos, pero cuando no es posible hacerlo y como último recurso, se sirve al pueblo. Y punto.

 

Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a partir de Radio Nacional de España, Cadena SER, Público, El Diario y el Huffington Post.

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