Boletín Desinformativo de la Mañana, año X, número 2303

 

Estos constitucionalistas..., tan constitucionalistas...

 

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Amanece que no es poco:

 

"Hay en mi pueblo más candidaturas que nunca, todas de derechas. Les gusta el mando, complacer a los de la capital, sentirse jefes. Menos mal que sabemos quién de ellos ganará. Así no se desorientan."

 

El III Barón d'Holbach (Textos escogidos)

 

Bellas tradiciones españolas: "Los paseos a caballo."

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Feijóo llama "primer ministro" al Presidente del Gobierno, dejando así bien claro lo preparado que está para tomar el timón del país.

 

Veinte mil viviendas y en terrenos de Defensa. Joer..., entrometerse en el ladrillo y encima en solares militares..., eso es provocar y lo demás "tontás".

 

Falangista: "Yo soy mucho más español que tú." Agente de la Policía Nacional: "Una polla." Falangista: "¡Judío!" Les hemos ofrecido Conversaciones del Cementerio de San Isidro.

 

Vale que el agente no resultó ser precisamente Garcilaso de la Vega, pero el nivel intelectual..., cómo está el nivel intelectual en los arrabales del mundillo ultra.

 

Claro que, puestos a conversar..., perla número dos. Javier Maroto, senador "popular" por Sotosalbos: "Cada vez que hay elecciones, Sánchez desentierra a alguien." Entrevistadora de RTVE: "Perdone, señor Maroto, pero ha sido la familia de Primo de Rivera la que ha solicitado la exhumación en esta fecha, coincidiendo con el ciento veinte aniversario de su nacimiento." Javier Maroto: "¿Y cuál es la pregunta?"

 

En fin...

 

Lo de Bonilla inventándose artículos del proyecto de Doñana, ya se lo conté ayer. Andan las derechas desmelenadas. Vale que, como soy rojo, posiblemente paso por alto más de alguna mentecatez proferida por políticos de izquierdas, seguro que sí..., pero es que estos están, como se dice ahora, "on fire".

 

¿Que Sánchez se saca de la manga veinte mil pisos más y van ya ciento y pico mil? Pues se dice que mirusté que desentierra gente. No hay mucha relación, pero total, ante un público entregado como el conservador..., lo mismo da.

 

Victoria Federica atropella con su caballo a una joven en la Feria de Abril y se disculpa..., al cabo de no sé qué porrón de horas..., cuando le mandó alguien disculparse, supongo.

 

El problema es que esta gente, visto su largo anecdotario, debe llevar escoltas..., para proteger de ellos a la población, digo.

 

Vale que es un gasto, pero yo lo daría por bien empleado.

 

Gente "regia" atropellando plebe con el caballo en un certamen folclórico. Recuérdenlo cuando salga algún periódico de toda la vida con lo de la "avanzada democracia española".

 

Se equipararán las ventajas fiscales para todas las confesiones religiosas. Joer..., lo que hay que hacer para que la Iglesia siga sin pagar el IBI.

 

Ahora falta Rafael Hernando diciendo que no hay huevos de no cobrar el IBI en una mezquita.

 

Ayer fue el aniversario de la Revoluçao...,  y aquí seguimos aún a vueltas con la Transiçao.

 

Vamos, digo yo que se ha estado hablando, por enésima vez, de la Guerra Civil. La guerra aquella, tan civil, tan civil, tan civil que la desataron los militares. Pero bueno, las denominaciones son las que son. Ya saben, hermanos contra hermanos y tal..., en la demostración palpable de que España, como familia, resultaba un poquito disfuncional, por decirlo con suavidad. Una democracia republicana trataba de salir adelante tras una monarquía que había tenido la habilidad de acabar consigo misma, eliminando hasta el último vestigio de su prestigio y respetabilidad. Fue la teoría del Scatergories -"o aceptáis pulpo, o me llevo el tablero"- que la derecha practica desde siempre: no tengo mi monarquía dictatorial, pues tú no vas a tener tu Estado democrático. Ciertamente la aristocracia, la Iglesia, las élites económicas y militares, tenían el convencimiento de estar haciendo lo mejor para España. Y lo mismo sucedía en las mentes de aquella muchedumbre de extremistas que corrieron a vestir los colores falangistas y de cuanto fanático sacó del fondo del altillo la boina absolutista del carlismo. Lo que pasa es que una cosa es pretender lo mejor para España y otra bien distinta que lo que pretendes sea verdaderamente lo mejor. Ahí la cosa ya fallaba un poco en el lado de la sublevación. Querer que el personal pase de ciudadano a súbdito, no parece una idea especialmente brillante. Como tampoco lo es imponer una religión, perseguir ideas o convertir España en un cuartel entre ensoñaciones imperiales. Sí..., sí..., había comunistas..., perdón, comunisssssstas..., había anarquistas..., había nacionalistas..., sí, había eso y mucho más, incluso una inmensa mayoría de gente que sólo aspiraba a vivir tranquila; pero no era motivo para arrasar el país a sangre y fuego, porque eso no puede ser nunca y bajo ningún concepto, lo mejor. Pero así sucedió, los que querían lo mejor, la emprendieron a tiros y resultó que no, que no era lo mejor. El resultado a la vista quedó y aún lo podemos percibir en nuestra sociedad, donde perviven grupos fascistas y de ultraderecha como si fuese lo más normal del mundo..., como si nada se hubiese aprendido... Porque el caso es que los hay que, a fecha de hoy, no han aprendido absolutamente nada.

 

Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a partir de Radio Nacional de España, Cadena SER, Público, El Diario y El Huffington Post.