Boletín desinformativo de una fría mañana de invierno, año IX, número 2003
Pablo Casado, para futurólogo, reúne tantas
condiciones como para líder de la Oposición.
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Amanece que no es poco:
"Madrid. Autoridades Sanitarias. Aviso urgente: no se pongan enfermos
y, si sucede, no nos molesten."
El III Barón d'Holbach (Textos escogidos)
Bellas tradiciones españolas: "Que el rey diga cosas tan
trascendentales a la nación, que al cabo de tres días se nos hayan olvidado a
todos."
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El líder "popular" Pablo Casado vaticinó que
la "socialdemócrata" Nadia Calviño no iría a ninguna parte..., justo
antes de que la eligieran para presidir el comité económico del Fondo Monetario
Internacional..., pero si en estas fechas lo suyo era vaticinar en qué acabaría
el Gordo de Navidad...
Pero él, nada, a meterse en decisiones de alta
política con criterios de baja cualificación.
Más le vale mantenerse en política, porque como acabe
echando las cartas en la tele a las tres de la mañana, no sé yo...
Y encima a la ministra de Sánchez la han nombrado para
una institución respetadísima en el PP como es el FMI, que si algo les gusta en
el PP es que un organismo económico internacional les marque el camino.
En cualquier caso, para el PP, el FMI va a ser la ETA
en cinco..., cuatro..., tres...
Es que son así de imprudentes: primero la burla sin
motivo y luego el berrinche con razón.
Con razón por bocachancla más que nada.
Miren, en un poco lo de Rodrigo Rato, que resultó ser
un sinvergüenza pero que contaba con una cualificación excepcional para llegar
donde llegó. Pues la ministra Calviño, tres cuartas de lo mismo, tiene
preparación para llegar allí y luego se verá si lo hace bien, regular o mal...,
lo que no tiene sentido es que quien no está ni medio claro que haya pisado la
universidad, vaya por ahí criticando currículos.
Es imprudente..., y luego se le queda la cara que se le queda.
Como decían en Twitter, que este año, en lugar de
desear felices fiestas hay que desearle a la gente que Casado hable mal de ti.
Visto lo visto, ojalá nos ponga a todos a caer de un burro.
A todo esto, Felipe VI, en Nochebuena, recitó muy bien
las obviedades de rigor. Los encuadres parecían de vídeo casero, pero las
obviedades daba gusto oírlas, de puro obvias.
Eso sí, cuando dijo lo de "cumplir las leyes y
ser ejemplo de integridad pública y moral" yo eché de menos un "no
como uno que yo me sé..."
Lo importante fue que lo dijo y no le entró la risa
floja. Eso es autodominio.
El discurso del rey perdió tres millones de espectadores
respecto al año anterior. Para una vez que lo vemos en casa, va y cambia la
tendencia.
Somos unos outsiders de esos...
Parece que sólo el 28,2% de los jóvenes entre 18 y 24
años se declara católico, cuando hace treinta años lo hacía casi el 80%...,
pues no será porque no haya asignatura de religión...
Que igual, el motivo para no enseñar religión no es
cuestión de creencias, sino de que ciertas cosas no hay quien se las crea...
Especialmente cuando cada dos por tres un obispo
suelta una pata de banco misógina, homófoba, acientífica o directamente
estúpida en general.
Vamos, digo yo que ya estamos en plena sexta ola de la
pandemia, gracias a la variante ómicron del bicho, la manía de las
administraciones públicas de desinvertir en Sanidad y la fijación de la gente
en general con las terracitas (a siete grados..., eso es sed), las reuniones
familiares, los centros comerciales y las aglomeraciones en general. Es lo que
toca en un pueblo al que se le da muy bien no aprender y con una clase política
especializada más en tirar balones fuera que en resolver con los instrumentos
constitucionales del Estado autonómico..., ese que sale en la Constitución,
hasta que a los del PP parece olvidárseles repentinamente que sale en la
Constitución y van por ahí exigiendo que sea otro quien les saque del fuego las
castañas de haber desarbolado los servicios públicos y sociales. La culpa de lo
que pasa, por supuesto, no puede centrarse en la gente, que necesita hacer vida
como todo hijo de vecino, por más que haya que insistir en la precaución; la
culpa es de nuestra clase política, más empeñada en ganar en las encuestas que
en las curvas de contagios, pero eso es algo que a estas alturas de la película
difícilmente va a cambiar. Tengan cuidado, cuídense ustedes, porque como nos
tengan que cuidar unos cuantos animales políticos que hay por ahí...
Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a partir de Radio Nacional de España, Cadena SER, Público, El Diario y El Huffington Post.
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