Boletín Desinformativo de la Mañana, año XII, número 2721

Se veía venir que no iba a conformarse con cambiar de nombre al Golfo de México...

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Amanece que no es poco:

“Ni el PP es honrado. Ni la caza es deporte. Ni la tauromaquia es arte. Ni la Monarquía es democrática. Ni la Iglesia es cristiana. (Ahora vas y lo cascas).”

El III Barón d’Holbach (Textos comprimidos)

Bellas tradiciones españolas: los ojos como platos.

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Es de suponer que las negociaciones a puerta cerrada no son precisamente versallescas, pero lo del otro día..., neorrealismo político yanqui.

Pues eso, que a dejar colgados a los ucranianos ahora se le llama “hacer grande a América otra vez”.

Y esa..., cosa..., es lo que aplauden con entusiasmo los ultras de Vox. Son tan..., tan..., bueno..., que ovacionan que pase lo que ojalá no termine pasándole a esa España que tanto dicen amar.

Aunque como nos tenga que defender Abascal..., primero habrá que enseñarle por dónde se mira un fusil...

La bronca parecía un guiño a Putin, en plan, “mira Vladimir, cómo llamo la atención al díscolo este...”

Es el negocio de la guerra: una vez masacrada la carne de cañón, se abre un amplio abanico de posibilidades para los especuladores.

¿Tienen razón los rusos o los ucranianos? Bueno, partiendo de que la guerra es la sinrazón por la sinrazón, podemos debatir en profundidad el sexo de los ángeles.

Lo que pasa es que la guerra es cuestión de hechos..., y el hecho es que el ejército ucraniano está retrocediendo. Lentamente. Heroicamente. Pero retrocediendo.

Los líderes europeos se unes para apoyar a Ucrania y frenar a Trump. Visto el “éxito” en lo de frenar a Putin, pues no sé yo...

De todos los acontecimientos conviene extraer enseñanza: ¿y si enviamos a Mazón en visita oficial a Trump, a ver si le mete una bronca que lo funde?

Ya que han puesto el país en manos de una bestia parda..., pues si puede hacer algo útil...

A cambio, como mucho, podrá exigir el cincuenta por ciento de las mascletás de los próximos treinta o cuarenta años.

Joer..., cómo han pasado a segundo plano el tema de Monedero, la salud del Papa o los asunto de Koldo..., ya es pena, para una vez que a la derecha le salían los escándalos y las agonías a su gusto...

Y eso que Monedero dice tener pantallazos desagradables sobre Pablo Iglesias, Irene Montero o Ione Belarra. Los disgustos que nos hubiese ahorrado este hombre si llega a tener a tiempo pantallazos sobre Errejón. No semos ná.

Milei promete continuar con la “motosierra” hasta el fin del Estado. Como como Bakunin o Durruti, pero sin la menor intención de liberar al pueblo de absolutamente nada.

Vamos, digo yo que, según el III barón d’Holbach: en el infierno, lo normal es el infierno. Así hacen el mundo los Trump, Milei, Ayuso... Un modo de ser líderes basado en la voz grande sin razón ni sensato argumento. Y cuando todo eso ya es cotidiano y no molesta más allá de a cuatro que se empeñan en pensar en ello, hemos llegado al final de la sensatez. Y la gente no piensa porque pensar cuesta esfuerzo. Unas morcillas en la lumbre el día lardero; un coche bueno; ir al trabajo; culpar de todo al vecino moro o negro; al perroflauta, por supuesto. Que sea normal que lidere al mundo un Donald Trump, que lidere a un país un Milei, que lidere a una Comunidad Autónoma una Ayuso, dice de la Humanidad entera. Y no dice nada bueno. Y la imbecilidad se hizo carne y habitó entre nosotros.

Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a partir de Radio Televisión Española, Cadena SER, Público, El Diario y El Huffington Post.