Boletín Desinformativo de la Mañana, año XII, número 2784

Menos mal que Abascal no ha dicho en Francia ninguna “tonteríe” ni ninguna “majaderíe” más de las habituales.

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Amanece que no es poco:

“Todos los días podría escribir sobre la enorme mierda que es el Partido Popular. Pero como decía Javier Krahe, no todo va a ser follar.” 

El III Barón d’Holbach (Textos retorcidos)

Bellas tradiciones españolas: “que a los ultras se les ponga dura pensando en chulos con poder que despliegan tropas.”

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Abascal hablando francés con lengua de trapo al partido de los ultras para los que África empieza en los Pirineos. Es el nivel..., el de Abascal.

Ahora, a ver si nos lo cuenta en euskera. Pero sin que esté Ayuso, no se vaya a tener que ausentar.

Vale que la noticia es de hace ya dos días, pero es que Abascal haciendo el ridículo en “francés” me resulta hipnótico.

Martínez Almeida, en una inauguración, le pega un pelotazo a un niño. Da igual el día, la inauguración, el niño..., la constante es la predisposición “popular” al pelotazo. Futbolístico..., urbanístico...

En las redes sociales comparan a Martínez Almeida con el penalti ese que falló el tal Morata. Se ve que el niño no estaba precisamente en la portería.

Sánchez defiende al Fiscal General y Feijóo le califica de peligro en general. A ver, que el debate ha sido más largo, pero a modo de extracto, yo creo que capta la esencia.

La economía española puede crecer menos de lo previsto y en el PP están preparando una procesión en acción de gracias, que ya valía que a Sánchez le saliese todo bien por sistema.

Mazón contribuye con trece mil avales para Feijóo de cara al congreso del PP. Bueno, si París, bien vale una misa..., Génova, bien vale un menú degustación en El Ventorro.

Acuerdo a tres bandas entre España, Reino Unido y Gibraltar. Desaparece la verja, aparece el espacio Schengen y..., y..., y..., puede que deje de haber en un plazo razonable un paraíso fiscal en el Peñón. Y eso sin necesidad de robar pedruscos como los ultras, ni prometer en vano banderas al viento como Margallo.

Habrá que esperar a verlo firmado, pero aparentemente no pinta mal y se conserva la soberanía..., esa que no será nunca efectiva sin venderles la moto bien vendida a los gibraltareños..., cuando merezca más la pena nuestra economía que la suya. Eso tardará, pero..., si hemos aguardado 311 años...

Maduro militariza Los Ángeles y decreta el toque de queda. Ah..., perdón..., que en Los Ángeles no manda Maduro. Vale, un momento a ver si me entero de quien corta el bacalao del Rio Bravo p’arriba y les digo.

Por lo visto es un millonario, blanco, creyente y anglosajón. Entonces, nada, todo en orden. Circulen que aquí no hay nada que ver.

Vamos, digo yo que Chenoa, además de cantante de éxito, ha sido una precursora, la iniciadora de una tendencia. Con su chándal gris, tras la ruptura con Bisbal, fue carne de meme cada vez que un político español caía en desgracia, ya fuese en el partido o en las urnas. Pudimos ver ocupando su chándal al fulminado Pablo Casado, al desinflado Albert Rivera, a doña Rosa Díez camino de lo que puñetas esté haciendo ahora para combatir al sanchismo..., Inés Arrimadas..., Espinosa de los Monteros..., un largo etcétera, las cosas como son. Pero hoy, ayer más bien, se ha dado una auténtica vuelta de tuerca: ya no hay meme sino vida paralela al más puro estilo de Plutarco. Sí, cuando la Guardia Civil se ha personado en el domicilio de Ábalos para practicar un registro, el otrora poderoso ministro, les ha recibido ataviado con una camiseta gris, del mismo gris que el chándal de Chenoa. Es más, en algunas imágenes, se le ve atendiendo a la prensa, ante unos micrófonos con los mismos tonos verdes y negros en los antivientos que en aquella lejana comparecencia. Vamos, que, como si no tuviese ya suficientes problemas este hombre, lo mismo le cae ahora una querella por plagio. Desde luego, los disgustos es lo que tienen, que nunca vienen solos. Feliz jueves a todos.

Las desinformaciones de hoy han sido desfiguradas a partir de Radio Televisión Española, Cadena SER, Público, El Diario y El Huffington Post.